Exfoliante facial casero: cómo hacer uno

Para muchas personas el uso de productos cosméticos supone un riesgo porque no saben a qué ingredientes se exponen o si les causará algún tipo de daño. Por eso, hay quienes prefieren hacer sus propios cosméticos. Vamos a hablarte sobre el exfoliante facial casero: cómo hacer uno.

El exfoliante facial es un cosmético imprescindible en las rutinas de limpieza y cuidado facial. Si no quieres comprar uno comercial, entonces tendrás que hacerlo, pero lo que es fundamental es que lo utilices, ya sea de una manera o de tora.

Lo bueno de hacer un exfoliante casero es que puedes personalizar los ingredientes y usar sobre todo, aquellos que mejor vayan dependiendo de tu piel. Si un ingrediente no te funciona, solo tienes que cambiarlo por otro.

Además, si tienes dudas de cualquier topo sobre los ingredientes que puedes o no puedes utilizar, entonces habla con tu médico o dermatólogo. Es la persona que mejor conoce tu piel y seguro que podrá aconsejarte teniendo en cuenta tu tipo dérmico.

También es importante ser consciente que un cosmético casero, del topo que sea, cuantos menos ingredientes tenga, será más eficaz. Esto es así porque estarán más concentrados y podrás disfrutar de todas sus propiedades.

Haz la cantidad justa

Cuando realices tu exfoliante cero, haz únicamente la cantidad necesaria para usarlo en una semana, es decir; para dos aplicaciones, porque solo debes exfoliar tu rostro de una a dos veces por semana y no más.

Es importante que no te exfolies el rostro más de dos veces en semana aunque sea con ingredientes naturales y caseros, porque podrías perjudicar tu rostro. ¿Por qué se podría perjudicar?

Porque lo dejarías vulnerable y expuesto a las agresiones externas al haber eliminado la barrera protectora natural del rostro. Por eso, dos veces está bien, porque así le das tiempo a tu cutis a que se regenere.

Cuando se regenere también empezarás a tener un mejor aspecto. Pero además de hacerlo dos veces en semana, hacer la cantidad justa también es algo importante, ¿por qué? Porque así no desperdicias sustancia.

Aunque de una vez a otra en semana guardes la sustancia en la nevera, es importante que hagas la cantidad justa para que te aguante bien y con todas sus propiedades todo el tiempo. Solo te aguantará como una semana en la nevera, por lo que hacer más no tiene sentido.

Si durante esa semana que lo estás guardando en la nevera, te das cuenta de que cambia la textura, el olor, el color… entonces desecha esa sustancia y haz otra porque posiblemente se haya deteriorado.

Para que esto no sea un problema para ti, te vamos a dar una receta para que sea muy sencilla para ti llevarla a cabo. Además, nos vamos a centrar en ingredientes fáciles de encontrar, para que además, tengas bastantes probabilidades de tenerlos por casa.

Y si no los tienes por casa, que al menos, puedas comprarlos fácilmente en alguna de las tiendas cercanas que tienes en casa.

Tener un rostro impecable

Como te hemos comentado más arriba, es fundamental que seas consciente de que no debes exfoliar tu rostro todos los días porque solo estarías perjudicando tu dermis. Por lo tanto recuerda: solo dos veces como máximo durante la semana.

Para que tengas un rostro impecable es importante que tengas muy en cuenta cómo tienen que ser tus cuidados de limpieza y tratamiento faciales, pero claro, el orden también es fundamental. Así que no pierdas detalle:

  • Limpieza facial: con agua micelar, leche limpiadora o aceite limpiador. Todos los días, mañana y noche.
  • Exfoliación facial: una o dos veces por semana.
  • Mascarilla facial: una o dos veces por semana y los días que no coincida con la exfoliación del rostro.
  • Tónico facial: todos los días, mañana y noche (y en otros momentos necesarios como después de hacer ejercicio).
  • Contorno de ojos: todos los días mañana y noche
  • Sérum: todos los días mañana y noche
  • Crema hidratante: todos los días, mañana y noche
  • Protector solar: solo durante el día

Ahora ya sabes cuáles son los pasos para tener un buen cuidado dérmico en todos los aspectos. Es necesario que sigas el orden de la lista, porque solo de esta manera encontrarás los beneficios de cada uno de los cosméticos que te aplicas en el rostro.

Recuerda que es necesario que seas una persona constante en las aplicación de los cosméticos, incluso de los que son caseros, porque de no hacerlo así, no podrán ser eficaces.

Exfoliantes comerciales vs caseros

Aunque también queremos explicarte un detalle que no queremos que se nos pase por alto. Es importante que lo sepas si lo que quieres es disfrutar de exfoliantes caseros.

Hacerlos tú mismo está muy bien, pero debes saber que no serán tan eficaces como los productos comerciales que están pensados para el mismo fin.

Esto es así, porque los productos comerciales están hechos para aguantar mucho tiempo mientras te los aplicas y que sus propiedades no se deterioren. Además, que hacen combinación de ingredientes mucho más sofisticados que te pueden dar mejores resultados.

En general, los exfoliantes comerciales pueden darte buenos resultados desde el primer momento de aplicación y ser exfoliantes realmente eficaces sin necesidad de ser agresivos.

En cambio, la versión casera siempre tendrá una efectividad menor debido a sus características naturales y a la falta de combinación y complementación de ingredientes.

Para qué exfoliar el rostro

Como habrás intuido si has leído hasta aquí, la función de la exfoliación es simple y fácil de entender: limpiar el profundidad el rostro. De esta manera eliminarás las células muertas dérmicas y no se acumularán en tu piel.

Esto conseguirá que tu dermis se regenere y tenga un mejor aspecto. Pero es que además, al limpiar en profundidad también estarás vaciando de impurezas tus poros evitando así que aparezcan los antiestéticos y nada bienvenidos puntos negros.

La exfoliación puede hacerse de forma química que es menos agresiva a través de enzimas o más agresiva, la física, donde se utilizan partículas diminutas para ayudar a arrastrar las impurezas.

El exfoliante químico se suele comprar en su versión comercial por la dificultad de su elaboración, por lo que la receta que te vamos a facilitar es un exfoliante físico, con partículas. De todos modos, tendrás que limpiar tu rostro suavemente para evitar daños.

Pero recuerda que si prefieres comparar el exfoliante en la tienda, es fundamental que te centres muy bien en lo que son los ingredientes. Fíjate bien y evita comprar cualquier producto que contenga químicos o irritantes que puedan causarte daño.

Aunque claro, si quieres hacer tu receta propia, entonces serás tú quien escoja los ingredientes. Serás el encargado/a de cambiar aquel que no te vaya bien por otro que te funcione mejor en tu piel.

Lee más: Los mejores exfoliantes faciales

La receta para ti

La receta que te vamos a comentar es fácil de hacer, con ingredientes que tendrás a mano o que podrás conseguir con facilidad. También debemos decirte que es una receta de las que se utilizaban en la antigüedad y que ha llegado hasta nosotros.

¿Por qué llega gasta nuestra generación después de tantas décadas? Porque antiguamente no se tenía la oportunidad de disfrutar de cosméticos naturales y los antiguos buscaban con la información que tenían, los mejores remedos caseros, y funcionaban.

Esa información iba pasando de generación en generación, convirtiéndose hoy en día en sabiduría popular en cuanto a productos de belleza caseros. Y es que las plantas o alimentos tienen grandes propiedades que no se pueden desaprovechar.

Yogur, limón, azúcar moreno y avena

Este exfoliante está pensado para cualquier persona que quiera tener un rostro exfoliado. Ideal para cualquier tipo dérmico. Es suave sin no aprietas demasiado y además, equilibrará la grasa extra en caso de que la tengas y reducirá los granitos.

La avena tiene que estar molida o usarla en harina. Reducirá la inflamación e irritaciones que puedas tener. Si tienes la dermis sensible te irá muy bien.

El azúcar permite una exfoliación suave sin necesidad de dañar y menos cuando se combina con el resto de ingredientes.

El limón es un fuerte antioxidante que cuida y repara la dermis dañada y el yogur es perfecto para las dermis más delicadas acabando con las células muertas sin que apenas te des cuenta.

Qué necesitas

  • 1 yogur
  • Medio limón exprimido
  • 2 cucharadas de azúcar moreno
  • 5 cucharadas de avena molida o de harina de avena
  • 1 bol de cristal
  • 1 recipiente hermético con tapa
  • 1 cuchara da madera

Cómo hacer la receta

Es tan sencillo como echar todos los ingredientes siguiendo el orden de la lista en un bol de cristal. Remueve todo con una cuchara de madera hasta que quede una pasta homogénea.

Vierte la sustancia en un recipiente hermético y tápalo con su tapa. Ya tendrás el exfoliante casero que puedes guardar en la nevera para que se conserven mejor las propiedades y tengas una sensación agradable cuando te lo apliques.

Llegados aquí, ya sabes más sobre el exfoliante facial casero: cómo hacer uno. Así que solo tienes que ponerte manos a la obra para hacerlo y disfrutar de un cutis mejor cuidado tanto a corto como a largo plazo.

Paloma

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